Saludos Amigos Pensar en el mañana nos diferenció entre el reino, desde que humanoides y homos imaginaron paleidólicamente, 18 signos zodiacales que explicaran eventos terrenales. El ajuste a sólo 12 llegó con diosas y luego dioses que aconductuarían al resto. Lo...

La magia de Verne para cribar palabras sobre cosas no vistas y tratarlas como si existieran, cautivó la mente del pequeño Walter Elías, y lo convirtió en visionario futurista. Explicarles mi experiencia al investigar la vida del creador del Mundo Disney con reportes de detalles desconocidos y asombrosos del ambiente de vida de hace 100 años, y de siglos más atrás, tiene la intención de clarificar porqué el mundo es como está, en cápsulas de tres minutos y fracción, sin ser interrumpido. A diferencia de nuestros primos macacos que en pocas decenas desorganizadas atacan y defienden sus territorios —sin temor a morir, porque no son autoconscientes de estar vivos—, el Sapiens, organizadamente, exterminó tanto humanoides, como al resto de homos. No solo eso; se ha convertido en el único gran depredador, tanto de su especie, como de la naturaleza que lo nutre. Su poder de influir mentalmente unifica decenas, cientos, miles y hasta millones de humanos que organizadamente, actúan a favor de dominantes minorías, todas ya reconocidas.

La palabra proletariado fue reacuñada por Marx haciendo alusión a la prole, único aporte de los extremadamente pobres —estrato seis— al imperio, para engrosar las legiones, tal como hoy las clases pobres y medias aportan sus hijos para las milicias e industrias. Por otro lado, la novedosa propuesta para acabar los frecuentes pánicos financieros e incrementar la confianza en el papel moneda estadounidense, hizo que se legalizara un sistema, que iba a contar con una poderosa reserva de líquidez para responder a las contracciones y expansiones originadas por el crédito de fácil acceso, y a bajo precio. Una tercera, el humanismo, había puesto la solución a los problemas terrenales en la voluntad de cada individuo para superarse y progresar, y a ésta última Walt, y los emrendedores, le apuntaban. Todas estas historias se convirtieron en instrumentos políticos, dentro y fuera de las fronteras. Los representantes de estos relatos los hacían ver tan reales que dejaron de ser ficiticios en la mente del público, del pueblo, la sociedad, Así, el planeta de los Sapiens no tuvo más alternativa que aceptar otras nuevas «realidades», además de las religión.

Las ideas de Einstein sobre la dimension espacio-tiempo en el universo, sus cálculos acerca de los fenómenos electromagnéticos que pudo empacar de manera cuántica (fotones), y su reciente Nobel lo erigían como su segundo super héroe, a pesar de que sus teorías sobre las cuerdas del tejido espacio tiempo, no eran bien aceptadas por los científicos de la vieja guardia, llevados por el prejuicio de la corta edad del joven genio. Las milenarias historias aceptadas y seguidas por fieles que desde niños y por generaciones habían escuchado, estaban siendo bombardeadas por nuevas historias que venían hablando desde un siglo atrás, que todo ser humano es libre de pensar y creer gracias a los derechos humanos, Querer callar las nuevas historias representó la desaparición de los todopoderosos Estados Pontificios, que incluían al Reino de Italia, hace escaso siglo y medio, aunque huela a edad media. Ocho mil soldados reclutados por su santidad no evitaron con sus vidas la derrota del infallible Pío 9o, que conllevó a la reducción de su soberanía a escasas centenas de metros cuadrados dentro de la ciudad que dominaba, la capital de su Reino. Novedosas historias sobre evolución y revolución venían ganando terreno en aquellos pocos que podían leer los libros prohibidos, y entre los cuales Walt escrutaba, interpretaba y «sentía» bajo la novedosa lupa del Nuevo Pensamiento, la nueva manera de interpretar la biblia. Buscaba además de los mejores dibujantes, una secretaria, un gerente administrativo, y se estaba decidiendo por un gerente de ventas, como lo más indicado. Corría la primera semana de Junio 1923, y entregaba un corto de un minuto cada semana a la Newman. Harman y los cuatro aprendices sentían sus días contados…