Resuelto a vencer en lo que se propusiera, sabiendo que contaba con una sola ligera idea para guiarse al punto de partida, y decidirse por dónde empezar, sus conversaciones internas giraron en torno a lo único con que contaba: sus experiencias previas. Hacía la contabilidad de sus fortalezas contra sus debilidades. Vale apuntar, que decisiones como la de Walt, con tanta entereza y solidez aparecen cuando hay firmes propósitos. La fuente que alimenta esas determinaciones brota de una práctica, información o conocimiento, que permiten soñar. Sintetizar los objetivos precisa entrega y dedicación para mejorar la práctica, y obtener la mejor información para ahondar en el conocimiento existente que son los activos inventarios a favor, vitales para que el capital semilla pegue, germine y prospere. Con el tren en marcha, cerrados sus ojos él no descansaba. Soñaba, sonriendo al ver en su pantalla mental la gente reír y alegres gozar con sus historietas y dibujos en los diarios de Kansas. Cuando un propósito fusiona las fuerzas mental, espiritual y física, de manera voluntaria, como una nueva unidad emprendedora, nacen startups, oportunidades, chances y circunstancias para emprender.
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Existir no es ViVir
Vivir es tener la voluntad de evolucionar, crecer y ayudar a crecer, basados en el amor. Existir es respirar, comer, dormir, trabajar, ir al baño, y hacer la guerra más que practicar el amor. Walter Elías ha asumido que no somos humanos que viven experiencias espirituales, los fines de semana, sino, espíritus encarnados para vivir experiencias humanas, cada día. El joven granjero ya no es de los que cree que la vida es injusta, que el sistema aplasta, que las oportunidades son pocas, que no va a ser capaz de lograrlo, que los gobiernos prometen, no cumplen, que la gente le quiere seguir haciendo daño, que es un enfermo, que si nació pobre morirá igual, que el papá lo obligará a trabajar sin paga. Ha tenido tiempo para haberse cuestionado todo. Ha conocido su alma, su psique, y quien lo hace logra conectar con propiedad y facilidad con otras almas que se han reconocido como tales, para resonar con mayor fuerza preguntándose con detenimiento lo que somos en realidad.
Nadie se salva del dolor. Pero, sufrir por ello es la peor opción
Es por las heridas que entra o sale la luz, dicen los que saben de esto. A la mayoría de los niños se les aleja de la conexión espiritual que nos liga con el más allá, para adentrarnos en el más acá, a través del miedo, el castigo y el acondicionamiento social. Esa manera de levantar niños va borrando de tajo la capacidad imaginativa, la curiosidad, la alegría, la inocencia con la que llegamos, cuando ya el dolor padecido al ser expulsados o extraídos del vientre materno ha sido olvidado. Avanzamos hoy más rápido, porque están llegando muchas almas viejas a cumplir con sus tareas, tal como nosotros estamos cumpliendo, a pesar de todo, mal o bien con las nuestras. Walter Elías desde los 15 años, inició la creación del mundo mágico conocido, y esta descripción es para que aquellos curiosos, se asombren e interesen en aprender cómo a pesar de las circunstancias aceptó el dolor del pasado para aprender sus lecciones, abrazó sus nostálgicas memorias, para que, por encima de ellas se atreviera a “soñar en grande” y construir futuro. Demostró que el futuro no es inevitable, sino, inventable. No importa de dónde se venga o quienes o cómo fueron tratadas por sus padres o la vida cuando fueron pequeñas o adultas las personas que lean estos contenidos. Lo que importa e interesa es que a cualquier edad se puede manifestar la voluntad de vivir una propia aventura, y soñar en grande, teniendo el coraje interior para perseguir los sueños. Si se es muy joven, no lo osan por ser inexpertos. Si son adultos mayores, por que ya les pasó su tiempo, pero, la realidad es que son excusas, para no intentarlo. estando en la guerra, comenzó en sus tiempos libres, con el libre albedrío que, por primera vez lo acompañaba, a meditar, a reflexionar sobre las creencias transmitidas, y a darle rienda suelta, a desarrollar sus capacidades creativas y potenciarlas.
Dios y Suerte
La “Buena” suerte, es un tema al que miles de millones de personas en el mundo abordan como tópico central de sus vidas, al ver cómo les va tan bien a unos pocos, y tan mal a la mayoría. No miran, que, detrás de esa buena fortuna hay principios espirituales aplicados, que, simplemente, reflejan la idea ganadora de unos o la mentalidad muy de malas, de los que así, se creen. Para demostrarlo, traigo a colación esta sentencia de Séneca: “La Buena suerte sucede cuando preparación y oportunidad se encuentran y fusionan”, con una fórmula matemática, donde la preparación, (P), respecto, al azar, (A), son inversamente (A=1/P), proporcionales, según el ejemplo dado.
Buena Suerte (BS) = (Azar) x (Preparación) => BS = AxP; donde Azar = (1/P)
BS = (1/P)(P) => BS = 1 ó la Buena Suerte es UNO
Ahora, podemos entender a qué se refiere Walt, cuando sentencia: “Si lo puedes imaginar lo puedes crear”. Porque… Creerlo es crear. El que no lo cree no puede crear, y el que medio lo cree, mediocre ya es.
Valentín y Julia
Valentin buscaba que el placer desenfrenado fuera cambiado por el dolor, el sufrimiento, la devoción, la sobriedad, interrumpiendo los carnavales, llamados así, porque empezaban con un navío salido del mar, (carros navilus), del cual sacerdotes de Baco y gobernantes de cada poblado y ciudades repartían licor, música, queso y carnes rojas. Salían del mar barcas con ruedas, ya que la filosofía de la época conceptualizaba la vida como salida del caos marítimo para llegar y prosperar en tierra firme. La iglesia nunca pudo evitar los carnavales, y buscó con la cuaresma, (40 días), evitar la música, el baile, la alegría y las carnes rojas, por la vigilia, el silencio, los rezos, la abstinencia, y cantos gregorianos, a partir del concilio de Trento, hace 600 años mal contados, cuando cambió el año nuevo del 1o de abril, al 1o de enero. La esposa de Valentín, Julia, siempre lo acompañó en sus confinamientos, manifestándose entre ellos el amor llamado ágape, el amor puro, que perdona y todo aguanta, hasta que el emperador cansado por su obsecación por impedir los carnavales, optó por segarle la vida.
De la granja a Máximo Ganador de Oscares
Las lecturas de biografías desde niño, más el recuerdo de los pequeños pueblos y fincas fueron la inspiración del adolescente Walter Elías, en sus dibujos, caricaturas, historietas, y más tarde, en sus películas y parques temáticos. Las calles principales de Magic Kingdom y Disneylandia son versiones idealizadas de Marceline, con su tren circundante. Apoyar los sueños de los niños, estimular sus destrezas, como hizo el tío Rob al proveerle de lápices, colores y papel a su sobrino, definitivamente, se convierten en inversiones muy rentables para que ellos logren emprender un aprendizaje que pueda marcar sus derroteros para todas sus vidas.
SORORISMO
Hace 98 años, Lillian de 25, nunca imaginó que Walt fuera a pedirle tan dulcemente, algo diferente a, que aún, no cobrara el cheque del sueldo. El romance nunca había sido la intención en un trabajo donde los “multitasker” dueños, eran los que menos ganaban. Dos semanas más tarde, Walt, de 23, y Lillian tuvieron una conversación: —Lilly, si me comprara un traje me invitarías a subir a conocer a tu hermana?
—Tú puedes subir si quieres ya mismo, si así gustas
—No. Cuando lo tenga puesto —y en su viejo Ford, arrancó a velocidad, a convencer a Roy de que los Estudios estaban en condiciones para pagar gastos extras, como un nuevo traje para él.
Treinta y cinco años después, en latinoamérica, que la mujer llegara a los 19 sin casarse, era considerada solterona. El voto popular era tema muy debatido, pues, ellas nada podrían entender de política siendo «Amas de Casa». En Hollywood, la primera mañana primaveral de 1925 bien peluqueado Walt llegó a los Estudios dentro del abrigo cruzado, gris, con solapas anchas verdes, dos hileras de botones, su pantalon verde, (otro gris en la bolsa), camisa blanca, corbata roja, zapatos recien lustrados, pasando la factura a su hermano mayor:
— Cuarenta dólares, —le dijo
Roy indagó porqué razón el traje:
—“Hasta de pronto me caso en él”, escuchó por respuesta