Saludos Amigos

Pensar en el mañana nos diferenció entre el reino, desde que humanoides y homos imaginaron paleidólicamente, 18 signos zodiacales que explicaran eventos terrenales. El ajuste a sólo 12 llegó con diosas y luego dioses que aconductuarían al resto. Lo evidencian diferentes teorías, como los hongos que «despertaron» la materia gris a los primates homínidos. O el Ramayán, el Mahabahrata, o Enki o Enoch —padre de Matusalén— en el Génesis que hablan de gigantes extraterrestres. Se cree que pudieron alterar nuestro genoma, para relacionarse con humanoides hembras, ya que las primeras cadenas de genes datan de menos nueve mil años, o sea el doble de la existencia del planeta, habiéndose hallado partes de herramientas de hierro sin carbono que datan Un Millón de Años!!

 

Este tema y el cosmos desde niño me apasionaban tanto que escudriñaba el cielo para ver a Dios, pues nadie lo había visto, por lo que seguía de cerca a Einstein que había querido descubrir la mente del Creador conociendo las fuerzas que todo lo rigen. Y a Walt por su apoyo a la carrera espacial, con tres episodios de millonarias audiencias: El hombre en el espacio, (1955), Mañana La Luna, y finalmente, (1957), Marte y más allá. Ike Eisenhower consolidó las bases de la Agencia Aeroespeacial Americana, con las copias de esta serie, quedando como evidencia el patrocinio NASA a Mission Space en Epcot Park. Hoy las sondas espaciales —Vimanas en los relatos hindúes— lanzadas en los 70’s a explorar el cosmos envían información, ininterrumpidamente.

 

Chinos, indúes y occidente continúan la tradición ancestral de buscar la eterna juventud e inmortalidad. Ser dioses. Y no publicitados experimentos de ingeniería genética y robótica, marcan el presente cuántico para extender la vitalidad humana con enlaces neuronales para poder sobrepasar los150 años de edad con mucha salud, sólo para las élites minoritarias. El Sapiens ya clona animales, personas y plantas; ha creado miles de bebés probeta; modifica genéticamente vidas vegetal y animal; imprime y regenera órganos enfermos; crea robots vivos inorgánicamente, y experimenta con multiples opciones la primitiva inteligencia artificial. En pocas décadas esta era digital será “obsoleta”. De los vetustos casettes y cartuchos, a los audios y videos digitales nuestros retataranietos nos recordarán como las generaciones que rompimos la barrera sicológica y biológica de los 100 años de edad.

 

Crecemos al futuro como simples unidades de negocios “engordadas tecnológicamente* dentro de estrecho ropaje mental. Traje cortado y cosido con débiles hebras ideológicas, y parches entretejidos con fuertes hilos históricos, sagrados, político-administrativos, causa de los problemas de la actual salud mental. Somos la esclavitud comsumista del siglo XXI —”clientela” con connotación romana— espectadora de la veloz evolución del hombre agrícola al industrial, luego al análogo y ahora al digital, capaz de formular la ecuación para resolver la incógnita de Dios. Sí! Tal cuál. Y no cejará en su empeño por su solución matemática con poderosos ordenadores cuántico-neuronales y viceversa.

 

Para esos días no habrá sobrepoblación. No necesitarán costosa mano de obra ni profesionales, si hay robots e Inteligencia artificial. La agenda 20-30 ha sido diseñada para reducir la población vacunándola para infertilizarla, inyectándo ideologías de género y homosexualismo. Volvemos a la época greco-romana donde era lo normal. Los judíos habían tres siglos atrás reprimido y castigaban estas prácticas por ir en contravía del, “Creced y multiplicáos”, no por ser ley divina sino por la poca natalidad para afrontar sus  constantes guerras. Estamos de regreso al feudalismo eliminando la clase media y evitar nuevas burguesías, porque ya las élites no necesitarán la plebe para generar riqueza “ecológica”. El mundo será de los Super-sapiens que interpretarán el encordado de la Teoría del Todo, y con esas vibracioes buscarán derrotar el último enemigo a vencer: La Muerte…!, cumpliéndose la sentencia de que el pasado lleva puesto el futuro y que el principio es el final.